Hoy gracias a la toxina botulínica tenemos una excelente opción para corregir la punta nasal caída, sin pasar por el quirófano, ya que modula el músculo que tracciona esa punta hacia abajo sobre todo al sonreír.
El tratamiento es sencillo, y rápido, la aplicación se realiza en un solo punto en el ángulo que une el labio con la nariz se coloca un par de unidades de toxina botulínica y ¡listo!.
Al relajar el músculo éste deja de traccionar la nariz hacia abajo y ella sola se eleva mejorando notablemente la sonrisa y el perfil.